Otro libro de misterio que, sincera y tristemente, no recomendaría ni a peor enemigo.
La autora, se apropia del personaje de Auguste Dupin (detective ficticio creado por Edgar Allan Poe); trata a Edgar no sé si como pareja o amigo del alma, llamándole Eddie; deja claro que o es conocedora de palabras muy cultas o para escribir el libro tiró de enciclopedia y se dedicó a exponer las palabras más extrañas en las descripciones más absurdas y fuera de lugar,... no sé, es como si el libro lo hubiese escrito un niño pequeño muy pedante, de verdad. Me costó sudores acabarlo y al final hasta me saltaba párrafos cuando veía que eran totalmente intrascendentes, que eran la gran mayoría. Además tiene bastantes palabras en catalán, sin traducción, que tampoco es que importe mucho porque ya digo que lo importante de la obra ocupa menos que el cuento de "La ratita presumida".
En resumen, libro acabado y dudo que si veo otro de la misma autora lo elija porque me quitó todas las ganas
Lo gracioso es que tiene un premio, que habría que darle otro premio al que se lo otorgó.
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