El 17 de febrero de este 2025 llegaba al mundo un caniche toy de pelo alborotado, más bien liso, un poco travieso al que se le puso de nombre Conan.
Después el nobre fue derivando Conacho, Concha, Conchi,... respondía a todos.
Siempre le llevaba detrás, adónde iba, él me seguía y muchas veces, le cogía y le acunaba como si fuera un bebé. A veces le sentaba en mis piernas y el sólo se tiraba para que le acunase.
Era un comilón nato, todo le venía bien, aunque las cosas redonditas, no sé por qué, le costaba comerlas. Les daba vueltas, jugaba con ellas,... eran... difíciles de morder. Y su pienso, también.
También era un poco vago, cuando le tirabas algo, la primera vez corría, la segunda, iba pero te miraba mal y la tercera, no haberlo tirado que ya está bien!
Aunque sí conseguías que fuese más veces con estas bolitas
No sé qué tenían pero le encantaban.
Tampoco era el perrito más rápido del mundo, ni el que mejor olfato tenía y estaba un poco cegato pero... el 31 de enero de este 2025 se fue. Su corazoncito dejó de latir y el mío, un poquito, también.
No puedo ni quiero dejar de pensar en él, le sigo acariciando, llamando, acunando, teniendo cuidado de no pisarle o golpearle con la silla,... Sé que no está y que ya no va a estar pero sé que siempre formará parte de mi vida, que siempre estará a mi lado, que siempre le voy a querer, que siempre será mi perrito,...
Pero eso si, guapo... era MUY GUAPO. UN BOMBONAZO DE PERRITO
Te quiero Conan y, aunque ya siempre estaremos juntitos, te echo mucho de menos